Aunque pueda parecer solo una carga más impuesta a las empresas, son muchas las razones por las que proteger los datos personales de los que es responsable una entidad.
1) Principalmente, el estar obligado por un Reglamento europeo de aplicación general y directa a todos los Estados miembros..
2) Evitar las sanciones previstas en la propia normativa, que pueden llegar a ser de hasta 20 millones de euros o el 4% de la facturación total de las empresas. En la mayoría de los casos, estas sanciones significan cerrar el negocio.
3) Evitar daños en la imagen de una empresa, asociación, etc, por un mal uso, o un uso oscuro de la información. En ocasiones el simple hecho de que una noticia salte a la palestra es suficiente para que la imagen de empresa pierda credibilidad.
4) Dar seguridad a nuestros clientes, asociados, etc., ya que estos agradecen los indicios de cumplir la ley que una empresa muestra al tomar sus datos personales (cláusulas informativas, solicitud de consentimiento para determinados usos de la información, etc.).
5) Dar confianza a nuestros proveedores, que podrán o no cumplir con la normativa, pero si han de transmitirnos datos, estarán, más seguros. Los propios sistemas de calidad, generalmente de las multinacionales, exigen que los proveedores de determinados servicios garanticen o demuestren el cumplimiento de determinados protocolos de confidencialidad.
6) Obtener un conocimiento interno de cómo funciona nuestra entidad. Los trabajos (los bien hechos) para cumplir el RGPD conllevan un análisis interno de los procesos de la información que pueden ser válidos para detectar defectos o procesos duplicados que entorpecen el día a día de nuestra entidad.
7) Mejorar como entidad y mejorar en las políticas de confidencialidad. La base para entrar con pies de plomo en la sociedad de la información es el respeto a los datos privados de nuestros clientes, contactos y nuestro personal. Cualquier acción en redes sociales, o en comercio electrónico debe tener su base en una buena política de confidencialidad.
8) Minimizar riesgos en el uso de la información. Pequeños cambios en nuestra política de uso de la información pueden ser suficientes para evitar pérdidas o fugas de datos por traslados, envíos no seguros, robos, etc.
9) Implicar a nuestros empleados en el sistema de información de la compañía. Es obligado por el Reglamento que los trabajadores sean informados de la existencia del sistema de cumplimiento y de sus obligaciones y responsabilidades. Por lo tanto, en el barco están viajando todos: patronal y plantilla.
10) Porque no es tan costoso. Seleccionando bien el proveedor de estos servicios, su conocimiento de los negocios y de la información que éstos usan deben ahorrar a la empresa que quiera cumplir con la ley, tiempo y dinero en la adecuación de los sistemas de información al RGPD. Es primordial preguntar las dudas que surjan en cuanto a qué servicios van a contratarse.